lunes, 10 de octubre de 2011

DIFERENCIAS ESTRUCTURALES ENTRE UNA FABULA Y EPOPEYA.

1. ¿Qué entiendes por fabula?
Que son composiciones breves literarias en las que los personajes casi siempre son animales u objetos y tienen moraleja
2. Menciona el origen y desarrollo de la fabula
Era cultivada en Mesopotamia 2000 años   Antes de nuestra era
3.   ¿Cuál es el origen y desarrollo de la epopeya?
Es un subgénero épico la mayor parte de las veces es escrito en verso largo o prosa
4. ¿Cuales son las características de la fabula?
La fabula clásica reposa sobre una doble estructura, como género literario posee un carácter mixto, narrativo y didáctico, siempre contiene una moraleja, generalmente es una piesa muy breve y con pocos personajes.
5. ¿Cuáles son las características de la epopeya?
Consiste en la narración extensa de acciones trascendentales o dignas de memoria para un pueblo, sus personajes siempre son fantásticos.
6. Menciona las diferencias estructurales de la fabula y la epopeya
La epopeya:
• El texto corresponde a la narrativa, el relato se refiere a las acciones desarrolladas por hombres y dioses nacionales en su lugar de origen, en su contenido pretende explicar el origen de los pueblos o naciones.
La fabula:
• Generalmente, se trata de narraciones breves y con pocos personajes se castiga a la vanidad el abuso del poder, la pereza y en general los distintos vicios humanos.
7. Menciona las diferencias lingüísticas de la fabula y la epopeya
La epopeya:
• Como corresponde a toda obra narrativa la presencia de verbos conjugados es prioritaria en este tipo de textos, el uso de los prototipos textuales: Narración, descripción, dialogo y en algunos casos la argumentación dan el sustento principal a este tipo de obras.
La fabula:
• Utiliza también la descripción como prototipo lingüístico representativo, los recursos literarios se presentan con el rigor lingüístico que establece cada uno de los mismos.

CARACTERISTICAS DEL REGIMEN PORFIRISTA.

Porfirio Díaz
  En esta reflexión se manejan aspectos políticos y económicos del Porfiriato, en noviembre de 1876 entra a la ciudad de México Porfirio Díaz   tras su victoria electoral ocupando la presidencia en 1877 después en 1880 entrega el poder a Manuel Gonzáles tras promover una reforma constitucional que prohibía la reelección inmediata, gana nuevamente las elecciones en 1884 en ese mismo año hizo una nueva reforma constitucional que permite la reelección inmediata así es como llega a gobernar 30 años de 1877 a 1911. Porfirio Díaz dio incontables concesiones   a estados unidos antes de dejar el cargo a Manuel Gonzáles, autoriza contratos lucrativos para compañías estadounidenses para que se construyeran las principales líneas férreas, para 1910 ya   había 19280 kilómetros de líneas férreas. Díaz en su mandato se dedico a conceder favores estatales a terratenientes y comerciantes lo cual acumulo capital a gran escala en consecuencia un capitalismo total. Díaz facilito prestamos para industriales mexicanos, la burguesía estaba contenta por el apoyo, los avances de la producción fueron buenos de 1890 a 1900 la clase madia creció pero no así los salarios de la mayoría de los mexicanos lo cual les impedía convertirse en los consumidores de los mercados masivos y así tener una mejor economía. Los estadounidenses tenían prácticamente el control de la economía mexicana, los extranjeros poseían los mayores establecimientos comerciales industriales para 1987 la inversión estadounidense era de mas de 200 millones de dólares, Díaz pretendía modernizar a México renegociando la deuda externa, introdujo un nuevo código comercial, expandió el sistema bancario, vale la pena decir que México logro su primer presupuesto equilibrado en 1894. Díaz no podía tomar decisiones solo, por eso se armo de un grupo de personas liberales de trayectoria intelectual y militar, eso hombres llamados los científicos habían acompañado a...

¡¡¡¡¡¡¡ CUENTO !!!!!!!!!!

Había una vez un carbonero que vivía en un bosque y se llamaba Jeromir. Era alto como un árbol y muy fuerte. Y su hijo se llamaba Josa. Pero Josa era pequeñito y ni pizca fuerte.
Esto preocupaba mucho al pobre Jeromir, y a menudo se rascaba la cabeza y murmuraba:
–No sé qué vamos a hacer contigo. ¿Cómo podrás llegar a convertirte en un carbonero? Eres demasiado bajito y ni pizca fuerte. ¿Quién va a cargar con los troncos?
Y al oír estas cosas, Josa también se preocupaba mucho, porque a fin de cuentas el problema también le concernía a él. Y, sin embargo, si uno los veía tumbados en el claro del bosque, con el sol calentándoles las piernas, podía creer que eran muy felices. Y lo hubieran sido, de no haber estado los dos tan preocupados.
Así pasaron días y más días. A veces brillaba el sol en el cielo, y a veces caía la lluvia, pero Josa no creció. Josa tenía un amigo. Un pájaro.
En aquel entonces, los carboneros todavía entendían el lenguaje de los pájaros. Y cuando su amigo el pájaro vio un día que Josa estaba sentado al pie de un abeto, y vio que lloraba, le preguntó:
– ¿Por qué?
–Porque todo es horrible –dijo Josa–. Y soy bajito y no soy ni pizca fuerte. Y no puedo cargar con un árbol. Y nunca podré ser carbonero.
Y era verdad. Pero el pájaro dijo:
–No todo el mundo tiene que ser carbonero.
Y aquello también era verdad. Entonces el pájaro le regaló a Josa un violín mágico, tan pequeñito como una pluma. Le enseñó a tocar una canción, y era tan bonita que todo el bosque enmudeció para escucharla.
– ¡Es una canción mágica! –Explicó el pájaro–. Cuando la toques, los que la oigan quedarán hechizados.
– ¿Podré hechizar el mundo entero?
–El mundo entero.
– ¿También a las personas?
–También a las personas.
– ¿Podré hacerlas más fuertes?
–Todo el que oiga tu canción se hará grande y muy fuerte.
– ¿Y yo?
–Tú no. Si te volvieras fuerte, ya no podrías tocar el violín.
–Prefiero seguir tocando el violín –decidió Josa.
Y entonces el pájaro le enseñó a tocar la canción al revés.
–A veces puede serte útil. Todo el que la oiga, se volverá pequeñito, como la pata de una mosca. Tocar al revés era difícil, y sonaba de un modo extraño.
– ¿Podría tocar también para la luna? ¿Se haría la luna más grande o más pequeña al oír mi canción? –le preguntó Josa al pájaro.
–Sí, pero primero tendrás que encontrar el camino. Tendrás que llegar hasta el fin del mundo. Allí la luna se acerca a la tierra y podrá escucharte.
–Encontraré el camino. Y mi padre verá desde aquí que he hechizado a la luna, y se pondrá muy contento. Josa ensayó la canción durante siete días, del derecho y del revés. Y entonces le dijo a su padre:
–Papá, ya no tienes que preocuparte por mí. Es verdad que no puedo ser carbonero, pero tengo un violín mágico, y voy a hechizar la luna para ti. Tú mira todas las noches el cielo y, cuando veas que la luna se hace más grande o más pequeña, les puedes contar a todos que es Josa, tu hijo, el que ha hechizado a la luna.
Y el buen Jeromir dejó que Josa se fuera de allí. Y, antes de alejarse, Josa tocó una última vez su canción. Y el carbonero notó que crecía todavía un poquito más y que se volvía un poquito más fuerte, y entonces estuvo seguro: su hijo Josa hechizaría la luna. Y ya no estuvo preocupado ni triste.
Josa se puso en camino. Pero el camino era largo y Josa era pequeño. Enseguida le dolieron los pies. Se sentó en la hierba, cogió su violín y tocó un poquito. Bajito, sólo para él. Pero había una hormiga allí cerca y lo oyó. Empezó a crecen se hizo más grande que el propio Josa.
–Muy bien –dijo Josa–. Haremos el viaje juntos. Es mejor tener un compañero de viaje. Se subió encima de la hormiga y reanudó su camino. Le metió a la hormiga un poco de musgo en las orejas, para que no se hiciera todavía más grande, o se volviera pequeña, cada vez que él tocara su violín.
Y cuando Josa tocaba, los campesinos, inclinados sobre la tierra, levantaban a veces un momento la cabeza y escuchaban dos o tres o cuatro notas maravillosas.
Entonces se sentían más fuertes y, si seguían escuchando, empezaban a crecer. También hubo algunos que se volvieron más pequeños, cuando Josa tocaba al revés.
Y todavía hoy, si vais por el mundo, podréis ver los efectos del violín de Josa, porque en todas partes hay gente grandota y gente pequeñita. Pero el camino hacia la luna no era fácil de encontrar. La gente se echaba a reír, cuando Josa se lo preguntaba. Y le indicaban, en broma, cualquier dirección equivocada.
Y así Josa anduvo errante de aquí para allá, y cruzó por casi todas las ciudades y por casi todos los pueblos. Tocaba en las plazas del mercado, pero la gente pasaba de largo y no le escuchaba. A veces le escuchaba una vaca por casualidad, y empezaba a crecer y a engordar y a dar mucha leche.
Un día Josa pasó por delante de una casa. Allí vivía un pobre campesino con su mujer. No poseían otra cosa que un ganso chiquitín, y el ganso ponía todos los días un huevo chiquitín.
Era muy poco para dos personas. Josa llamó a la puerta y preguntó el camino de la luna.
– ¡Uf, para qué me sirven mil caminos hacia la luna, cuando mi ganso sólo pone un huevo al día! –Dijo el campesino–. En otro tiempo supe el camino. Pero entonces llegó la miseria y el camino se me ha olvidado.
El ganso estaba fuera, en el césped, buscando gusanos. Josa tocó para él la canción, y el ganso empezó a crecer. Se puso grande y redondo.
Y el campesino se puso tan contento que recordó de pronto el camino que llevaba a la luna. Todo derecho siempre adelante, le explicó. Hasta llegar al campo de maíz, y entonces tenía que preguntar.
Pero en aquel prado había también unas margaritas. Y también las margaritas empezaron a crecer cuando Josa tocó su canción. Se hicieron enormes y amarillas, tan grandes y amarillas como el sol. Son los girasoles. Y todavía hoy tienen las semillas de girasol cierto sabor a magia.
Josa llegó al campo de maíz y allí el camino se dividía en dos. Vio a una viejecita con una cabra. Era una vieja muy pobre y sólo poseía aquella mísera cabrita.
Y cuando Josa le preguntó el camino de la luna, la viejecita dijo:
– ¡Ah, el camino de la luna! ¿Para qué sirven mil caminos a la luna, cuando se tiene hambre y se tiene frío? En otro tiempo supe el camino. Pero entonces llegó la miseria y el camino se me ha olvidado. La cabra no da apenas leche.
Entonces Josa tocó para la cabrita, y la cabrita se puso grande y fuerte. Le salió un hermoso pelaje, y la vieja pudo cortar la lana y tejer muchos sueters con ella. Volvió a dar buena leche, y acabó la miseria. Entonces la vieja recordó de repente el camino que llevaba a la luna:
–Si sigues andando en esta dirección, siempre recto, llegarás a otro campo de maíz. Allí tendrás que volver a preguntar. En el otro campo de maíz, Josa no encontró a nadie. Sólo un caballo. No quedaba otro remedio que preguntar al caballo.
–A mí todo me da lo mismo –dijo el caballo–. Camino de la luna o camino del sol. No tengo ningunas ganas de seguir viviendo.
– ¿Por qué? –Quiso saber Josa–. Eres muy grande y fuerte, en este campo te sobra la comida, y el sol te calienta la grupa.
–Pero el labrador me pega muchas veces. Como me ve tan grandote, piensa que soy todavía más fuerte de lo que soy y me pone doble carga. Cree que puedo con todo. Y no puedo. Entonces Josa tocó su canción al revés.
El caballo se hizo pequeñito, un metro cincuenta y tres, y se puso muy contento. –Pensándolo bien, veo que sí recuerdo el camino de la luna. En realidad todos los caminos llevan a la luna. Lo único que tienes que hacer es caminar siempre derecho hacia adelante. Sin torcer nunca a la derecha, sin torcer nunca a la izquierda. Así llegarás al fin del mundo.
Detrás de los bosques, empieza el mar, y del mar sale la luna todas las noches. Allí podrás encontrarla. Josa montó en su hormiga y siguió su camino.
Y todavía hoy los caballitos hechizados, que miden solo un metro cincuenta y tres, llevan una vida estupenda. Casi no tienen que trabajar, juegan con los niños y todo el mundo les da bien de comer y les pasa la mano por el lomo.
Josa no torció nunca a la derecha, no torció nunca a la izquierda, y llegó al País de las Colinas Azules. Allí la gente quedó muy sorprendida al verle, porque todavía no le conocían. Lo escuchaban cuando tocaba su violín, y se hacían más grandes o más pequeños. Y muy pronto aquel chico pequeñín y aquella hormiga gigantesca fueron famosos en todas las ciudades del país.
Y también el rey de las Colinas Azules oyó hablar de Josa, de su violín mágico y de sus extraños poderes.
–Todo el que lo oye se hace más grande –le dijeron.
– ¿Y si no para de tocar? –preguntó el rey.
–Pues el que lo oye no para tampoco de crecer.
– ¡Traedlo aquí inmediatamente! –ordenó el rey. Porque a aquel rey le parecía que él no era nunca lo bastante grande. Los mensajeros transmitieron a Josa la orden del rey de las Colinas Azules, pero Josa dijo: “¡No!” El rey no le caía simpático, y además los hijos de los carboneros del bosque no aceptan órdenes de ningún rey del mundo.
Cuando el rey lo supo, se puso furioso. Se enfadó tanto que los cristales de todas las arañas del palacio empezaron a temblar. Y el rey gritó:
– ¡Traedlo aquí por las buenas o por las malas! ¡Inmediatamente! Mandó tras Josa a los caballeros azules, y los caballeros azules lo descubrieron enseguida.
Entonces Josa le sacó a su hormiga el musgo de las orejas y tocó su canción. La hormiga se hizo todavía mayor y emprendió un galope desenfrenado. Pero los caballeros azules no se chupaban los dedos. Azuzaron a sus caballos, y estaban cada vez más cerca. Entonces Josa se detuvo, dio media vuelta y tocó la canción al revés.
Cuanto más se acercaban los caballeros azules, más pequeños se volvían. Como ojos de mosca, como patas de mosquito. Hasta que desaparecieron entre la hierba. Pero uno no desapareció. No se volvió ni un poquito más pequeño, por mucho que Josa tocara el violín.
Era sordo. Su caballo fue disminuyendo y se esfumó, igual que la hormiga. Pero el caballero azul se acercó tranquilamente y dominó a Josa con una sola mano, porque era mucho más grande y mil veces más fuerte. Le quitó el violín, le puso las esposas, se lo cargó a la espalda y lo llevó a presencia del rey.
El rey hizo encerrar al violinista en la sala de música. Cuando todos dormían, cerró puertas y ventanas, para que nadie oyera una sola nota de la canción mágica. Sólo él. Porque era un rey muy vanidoso. Sólo él debía crecer, hacerse muy grande, el más grande de todo el país y de todo el mundo.
– ¡Ahora toca para mí! –ordenó. Josa tocó la canción al revés.
El rey sintió un hormiguero extraño, y creyó que era a causa del hechizo. Sólo cuando la corona le quedó demasiado grande y resbaló por encima de las orejas, empezó a alarmarse. Pero era demasiado tarde. Josa no paraba de tocar el violín y el rey no paraba de empequeñecer.
Pronto corrió como una mosca por las puntas de la corona, y, cuando era tan pequeño como un mosquito, cayó desde lo alto de una piedra preciosa y desapareció para siempre jamás en una rendija del suelo. Al día siguiente hubo en palacio un barullo terrible, porque no pudieron encontrar al rey.
Todos corrían de un lado para otro, porque todos aspiraban secretamente a ser el nuevo rey, y nadie se fijó en el muchachito del violín. Josa salió tranquilamente del palacio, cruzó el País de las Colinas Azules, y volvió a recorrer el mundo tocando el violín. Hizo que los ricos se volvieran un poco menos ricos y los pobres un poco menos pobres, fortaleció a los débiles y debilitó a los que eran demasiado fuertes.
Y un buen día llegó hasta el fin del mundo. Y allí se quedó. Y cuando la luna salía del mar, Josa tocaba para ella el violín. Entonces la luna crecía o disminuía, y el viejo Jeromir lo veía desde su bosque y sabía que era Josa, su hijo, el que estaba hechizando a la luna.
Y todavía hoy, si miráis al cielo, veréis que unas noches la luna es grande y redonda como una naranja, y otras noches es pálida y flaca como una rajita de limón, y, si escucháis atentamente y el viento sopla en la dirección adecuada, quizá podáis oír incluso dos o tres notas hechizadas.
Porque Josa está tocando su violín.
El violín mágico

ADOLFO LOPEZ MATEOS.

Atizapán de Zaragoza, 1910 - México, 1969) Político mexicano, presidente de la República entre 1958 y 1964. Siendo estudiante comenzó a impartir clases en la Escuela Nacional de Maestros de Toluca, al tiempo que escribía en el periódico estudiantil Ímpetu.
Fue secretario particular del gobernador del Estado de México, coronel Filiberto Gómez, y de Carlos Riva Palacio, presidente del Partido Nacional Revolucionario (PNR), y llegó a ocupar la secretaría general del comité del PNR en el Distrito Federal. En 1928 optó por el vasconcelismo y, tras el triunfo de Pascual Ortiz Rubio, en 1929, se exilió voluntariamente a Guatemala, aunque regresó poco después. Fue interventor del Banco Nacional Obrero y, desde 1933 hasta 1943, de Fomento en los Talleres Gráficos de la Nación.

Adolfo López Mateos
En 1946, cuando Miguel Alemán asumió la presidencia de la República, Isidro Fabela fue elegido senador por el Estado de México y López Mateos quedó como suplente. Al ser nombrado Fabela representante mexicano en el Tribunal Internacional de La Haya, López Mateos ocupó su lugar en la Cámara Alta y lo ostentó hasta 1952. En 1952 dirigió la campaña presidencial de Adolfo Ruiz Cortines, en cuyo Gobierno fue ministro de Trabajo y Asuntos Sociales (1952-1957). El 4 de noviembre de 1957 se anunció su candidatura a la presidencia de la República y fue elegido en julio de 1958.
Adolfo López Mateos tomó posesión el 1 de diciembre de 1958. Como al inicio de su gobierno aún perduraba el conflicto de los ferrocarrileros y la represión sólo había agravado la magnitud de los problemas, optó por una política que resolviera el descontento laboral a través de medidas para elevar el nivel de vida de los trabajadores. Por ejemplo, propició el alza salarial, medida que benefició especialmente a los obreros de la rama industrial y a los empleados de las paraestatales, o empresas propiedad del Estado. Además no se permitió que tomaran fuerza los dirigentes sindicales que no hubieran demostrado lealtad al gobierno. No obstante, hubo cierta apertura: se creó una nueva central obrera, la Confederación Nacional de Trabajadores (CNT), y surgió el Movimiento Liberal Nacional, relacionado con la revista Política, ácida publicación que desafiaba al sistema.
A causa de los conflictos agrarios de 1958, López Mateos cambió la política en ese sector. Durante su gobierno se repartieron más de 16 millones de hectáreas y se organizaron ejidos ganaderos en varios estados del país. Desde la época de Cárdenas no se había llevado a cabo un reparto similar. En el fondo se buscaba mayor control sobre las organizaciones de masas con miras a la estabilidad política. A pesar de las medidas sociales, el gobierno de López Mateos empleó "mano dura" en algunos casos. Por ejemplo, el pintor David Alfaro Siqueiros fue encarcelado durante años por haber criticado al gobierno de México en países de América Latina que el presidente planeaba visitar en giras oficiales. Además, el dirigente agrario morelense Rubén Jaramillo fue asesinado en 1962 sin que se aclararan nunca los hechos.
En el terreno político destacó la ley electoral que permitió a los partidos de oposición reconocidos ostentar algunas diputaciones. Era suficiente que el partido en cuestión obtuviera un porcentaje mínimo del total de la votación para quedar representado en el Congreso de la Unión. Esto permitió crecer a los grupos opositores, en especial al PAN, que se perfilaba como el más fuerte de ellos y se benefició con esta medida en las siguientes elecciones. El Senado permaneció integrado exclusivamente por priístas.
Por lo que se refiere a la educación, se instituyó la gratuidad de los libros de texto para la escuela primaria. Algunos sectores se opusieron a esta medida porque les parecía distinguir en ella la voluntad del gobierno de socializar la educación y consideraban exagerada la interferencia del Estado en la formación ideológica de los niños. Las protestas no trascendieron y el secretario de Educación, Jaime Torres Bodet, pudo continuar con el programa. Para entonces, el gobierno ya había demostrado mayor tolerancia y proliferaban las escuelas particulares.
Aunque las relaciones con Estados Unidos eran cordiales, la revolución cubana fue motivo de tensión. En 1961 Cuba ya se había declarado socialista y había establecido nexos estrechos con la Unión Soviética y China. Se trataba de una propuesta más radical que la planteada en su momento por la Revolución Mexicana. Estados Unidos veía con gran disgusto el surgimiento de un país socialista en América Latina, sobre todo tan cerca de sus costas, por lo que presionó a los países de la región para que rompieran sus relaciones con Cuba. México se rehusó, defendiendo el principio de "no intervención", y alegó que en uso de su soberanía podía tomar la decisión que considerara más conveniente. Durante varios años fue el único país latinoamericano que mantuvo relaciones con el gobierno de Fidel Castro. A pesar de la actitud de México, el presidente John F. Kennedy visitó el país en un ambiente de gran cordialidad.
Para el "desarrollo estabilizador" que se había propuesto el gobierno era determinante la cooperación con Estados Unidos. En 1960, el gasto público se había incrementado en el 27 por ciento, mientras uno de los primeros objetivos del gobierno era mantener el valor de la moneda. Para evitar que se estancara el proceso de industrialización, el Estado invirtió en infraestructura del sector petroquímico y siderúrgico. Además, como no se habían incrementado los impuestos, el gobierno recurrió a préstamos internos como base de financiamiento. Estados Unidos, después de la creación, en 1961, de la Alianza para el Progreso, parecía más dispuesto a otorgar créditos a los países de América Latina. Ese año el gobierno destinó una tercera parte de su presupuesto al pago de la deuda pública. La inversión extranjera se orientó básicamente a la industria manufacturera, lo mismo que en el sexenio anterior.
La industria eléctrica se nacionalizó en 1960. El gobierno compró la American and Foreing Co. y la Mexican Light Co. Éstas fueron operaciones regulares de compraventa, por lo que no se presentó problema alguno. La medida reflejaba el deseo de lograr un control más amplio de la producción, ya que la generación de energía eléctrica era vital para la industrialización del país. En total, la producción industrial creció en el sexenio el 51.9 por ciento; destacaron las ramas automotriz, química, petroquímica, mecánica y de papel.
El sector público invirtió, básicamente, en petroquímica, electricidad, siderurgia y asistencia social. En este rubro destacó la creación del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE). Para coordinar la inversión pública se creó la secretaría de la Presidencia y al poco tiempo comenzaron a surgir planes de desarrollo. La industria manufacturera quedó en manos de empresarios privados, nacionales y extranjeros. No obstante, la dependencia de la tecnología extranjera fue en creciente aumento. En la agricultura, durante el gobierno de López Mateos sólo se prestó atención al cultivo de maíz y frijol, productos muy ligados a la política de estabilidad de precios que se buscaba.
En el momento de la sucesión, dentro del PRI había dos posibles candidatos: Gustavo Díaz Ordaz, secretario de Gobernación, y Donato Miranda Fonseca, secretario de la Presidencia. López Mateos se inclinó por Gustavo Díaz Ordaz, pues le parecía más adecuado para proseguir la política estabilizadora que él había propiciado.

lunes, 3 de octubre de 2011

pasos para un cuento.

La lectura es esencial para cualquier persona que quiera escribir. Para poder escribir un buen cuento, primero usted debe leer otros cuentos. Esto no sólo le dará la motivación y la inspiración para su propia historia, sino que también le ayudará a darse cuenta cómo los otros autores lograron impresionar al lector y como utilizaron su estilo como base para crear su propio estilo y la impresión a causar.

2. Inspírese
Para los profesionales experimentados, no hay necesidad de obtener inspiración, ya los pensamientos fluyen naturalmente y solamente los tienen que pasar a escrito. Sin embargo, para los escritores novatos, es importante tener una inspiración, porque no sólo le ayudará a iniciar su primer párrafo, sino también a seguir adelante. Su inspiración puede tomar la forma de un objeto, una persona o un evento que usted no pueda olvidar.
3. Conceptualice su historia
Piense en algo que quiera hablar con sus lectores. Digamos que usted quiere relatar una historia sobre una pareja que se enamora. ¿Qué pasa con la pareja? ¿Qué es lo que le interesa a usted que sus lectores sepan acerca de la pareja? Focalícese en esta idea y piense en otros conceptos que desea asociar a esta pareja. Supongamos que los padres de la chica no aprueban la relación. ¿Y los padres? ¿Qué hicieron para hacer que los dos dejen de amarse? Esto puede marcar un buen comienzo para su historia. Desde aquí, usted tendrá una idea de que escribir.
4. Diseñe las escenas
A fin de mantener su escritura alineada con sus eventos de la historia pre concebidos, siempre es bueno hacer un breve mapa de las escenas de su historia en un trozo de papel. Escriba los posibles personajes de su historia y liste los principales acontecimientos en orden. No tiene que detallarlos tanto, ya que esto solo le servirá como un esbozo de cómo se vera su historia.
5. Elija el punto de vista
Quien cuenta la historia y cómo la cuenta es muy importante para que un cuento sea eficaz. El punto de vista puede cambiar el sentido y el tono de la historia radicalmente. Por lo tanto, usted debe decidir cuidadosamente antes de elegir definitivamente el ángulo de visión que utilizara para su historia. Pero sea lo que sea que usted elija como punto de vista, asegúrese de mantenerlo constante a lo largo de su historia, para así mantener la coherencia.
6. Imagine sus personajes
Para un cuento, cree un máximo de tres personajes principales. Demasiados personajes principales harán que su historia sea confusa, ya que cada nuevo personaje le dará una nueva dimensión a la historia. Cada personaje debe ser más que una caricatura de cartón. Haga que sus personajes hablen de forma natural en proporción a sus rasgos. Hágalos creíbles, pero misteriosos.
7. Proporcione una buena introducción
Cuando tenga todo planeado, empiece a escribir el primer párrafo. Introduzca a sus personajes principales y plantee la escena. La escena debe ser un lugar que usted pueda describir claramente para así poder crear una imagen instantánea que describa claramente como es ese lugar. Haga que su introducción sea interesante y que mantenga el interés del lector y los anime a seguir leyendo hasta el final. También es importante contener información importante y la mayor parte de la acción para que se mantenga el misterio.
8. Haga una gran trama
Desde su introducción, empiece a generar eventos que eventualmente lleven a un problema o conflicto para los o el personaje principal. Después de eso, comience a dejar una serie de pistas para mantener al lector interesado, intrigado y adivinando. Intensifique el conflicto a medida que la historia avance. Esto no sólo hará que el lector se entusiasme a leer más, sino también lo mantendrá pegado a su historia.
9. Muestre y no diga
Los personajes deben ser los responsables de expresar la historia a través de sus acciones y diálogos, el escritor no debe decir lo que se esta expresando. En lugar de decir “Annette estaba muy enojada con su mejor amiga Christina por robarle a su novio”, diga “Annette sintió un dolor en el estómago y un dolor fuerte de traición a medida que Christina se acercaba a ella y la miraba con una dulce sonrisa. Respiro fuerte tratando de calmarse mientras hablaba con rabia contenida: “Espero que estés feliz ahora que te has demostrado a ti mismo como un amiga”.
10. Utilice verbos activos
Ponga la mayor cantidad de vida en su historia. Para poder hacer esto, emplee verbos en voz activa. En lugar de decir, “La flor fue recogida por Johanna”, diga “Johanna recogió la flor.”
11. Utilice diálogos de vez en cuando
El diálogo es importante para acercar su historia a la vida. No lo utilice solo para rellenar a los personajes. Utilícelo para transmitir a su personaje para que se pueda identificar con el lector. Utilícelo en citas directas, como “¡Ve allí!” en lugar de citas indirectas como “Ella le dijo que fuera allí.”
12. Mantenga a mano las referencias
Una buena referencia, como un diccionario o un diccionario de sinónimos, es fundamental en la creación de una buena historia. Usted las puede utilizar para corregir su ortografía y para encontrar las palabras que mejor se ajusten a su descripción. En lugar de usar frases o párrafo largos, puede utilizar una o unas pocas palabras para expresar lo que quiera decir. A menudo, una palabra fuerte tiene mayor efecto que un párrafo completo de frases sofisticadas.
13. Concluya brevemente
Las conclusiones son difíciles de hacer. Para lograr un buen final, es recomendable añadir un pequeño giro. Haga que su final sea único, pero no deje nada colgando. Haga que sea satisfactorio pero no demasiado predecible. Tenga en cuenta mantenerlo breve pero conciso y persistente para que el lector se quede con una sensación de resonancia. Su conclusión debe terminar de envolver todo, desde principio al fin.
14. Edite y revise
Después de terminar de escribir las últimas palabras de su historia, es hora de comenzar el ciclo de edición. Con cuidado, lea su trabajo y corrija todos los errores que tengan que ver con la construcción de las oraciones, el uso de las palabras, el formato, los signos de puntuación, la dicción, la ortografía, la gramática, y el análisis descriptivo. Tache las palabras, frases e incluso párrafos que no parecen contribuir a los elementos básicos de la historia. Después de terminar, déjelo reposar durante días o incluso semanas, y luego vuelva a editarlo. Vuelva a leer su historia una y otra vez en diferentes ocasiones. Esto le hará ver las cosas que usted pueda querer cambiar para hacer que su historia brille de la mejor manera.
15. Deje que otros revisen su trabajo
Pídale a sus amigos que le echen un vistazo a su trabajo. Puede que ellos vean algún error que usted no ha visto. Por ejemplo, puede que se distraigan con algunas palabras o frases que a usted le gustan mucho. En ese caso, usted tiene que decidir en cambiarlas o sacarlas por completo.
Escribir un cuento puede no ser una tarea fácil, pero si se puede lograr. Con un poco de conocimiento sobre los elementos básicos, pasión y paciencia, escribir una historia con solo unas cuantas ideas, no requiere de mucho esfuerzo. Solo tenga en cuenta que usted no esta escribiendo porque tiene que hacerlo, sino porque quiere hacerlo. ¡Mantenga arriba el espíritu! ¡Inténtelo!

miércoles, 28 de septiembre de 2011

MITO DE YUCATAN.

El Mito de Yacana


La constelación que llamamos Yacana, es el camac de las llamas, osea su fuerza vital, el alma que las hace vivir. Yacana camina por un grán río (la Vía Láctea). En su recorrido se pone cada vez más negra. ene dos ojos y un cuello muy largo. Se cuenta que Yacana acostumbraba beber agua de cualquier manantial, y si se posaba encima de alguien le transmitia mucha suerte. Mientras este hombre se encontraba aplastado por la enorme cantidad de lana de Yacana, otros hombres le arrancaban la fibra. Todo esto ocurría siempre de noche.
Al amanecer del día siguiente se veía la lana que habían arrancado la noche anterior. Esta era de color azul, blanca, negra, parda, las había de toda clase, todas mezcladas. Si el hombre afortunado no tenía llamas, rápidamente compraba algunas y luego adoraba la lana de la Yacana en el lugar donde la habían arrancado. Tenía que comprar una llama hembra y otra llama macho, y sólo a partir de estas dos podía llegar a tener dos mil o tres mil. Esta era la suerte que la Yacana confería a quienes se posaba encima de ellos. Se cuenta que en tiempos muy antiguos, esto le ocurrió a muchas personas en muchos lugares. A la media noche y sin que nadie lo sepa la Yacana bebe toda el agua del mar, porque de no hacerlo el mar inundaría al mundo entero.
Yutu (la perdíz) es una constelación pequeña que aparece antes que la Yacana. Según cuenta la tradición, la Yacana tiene un hijo que cuando mama ésta se despierta. Tambien hay tres estrellas que caminan juntas y en línea recta. A éstas les han puesto los nombres de Kuntur (cóndor), Suyuntuy (gallinazo) y Huamán (halcón). La tradición cuenta que cuando aparecen estas estrellas más brillantes que antes, ese año será bueno para el cultivo. Si en cambio aparecen poco brillantes, ése será un mal año, con mucho sufrimiento

LEYENDAS MEXICANAS.

EL ARBOL DEL HORCADO
Al otro lado del panteón de Belén se encuentra el Hospital Civil Viejo.Unas de las leyendas del Panteon de Belen había un paciente muy enfermo que tenia cáncer. Este joven muchacho estaba muriendo. La madre del muchacho trataba de motivarlo y salir adelante pero nada aliviaba su dolor.
Los doctores del hospital decían que habían hecho todo lo que estaba en sus manos y que no había más que hacer.
Una vez, mientras dormía el joven Santiago, la madre le puso una foto de un santo preferido.









Al día siguiente, cuando Santiago vio la foto en su mano la maldigo y renegó de su enfermedad. Su mamá trató de calmarlo y le pidio que tuviera fe y que Dios le daría la salud. Santiago estaba tan furioso que le pidió a su mamá que saliera del cuarto que lo dejara solo y que no quería saber nada de Dios.

Esa noche encontraron al joven colgado en un árbol al lado del hospital es decir, en el panteón. Actualmente, solo queda el tronco del árbol y se dice que en la noche se ve la sombra del joven ahorcado.